Cada vez son más países que entran a la ‘nueva normalidad’, y con ello, un gran número de marcas y sus establecimientos comienzan a reabrir para poder ofrecer un mejor servicio a sus clientes pero, todo con su debida distancia y con nuevas ideas o procedimientos como el caso GAP y su idea de implementación de robots. Al menos es lo que está comunicando Burger King en todas sus acciones de marketing en los distintos mercados en los que comienza este proceso, la más reciente es en Alemania. En sus restaurantes del país europeo, BK reparte coronas gigantes para la sana distancia. tal cual es sugerido por las autoridades alemanas una vez que se vuelve a la actividad económica y social de manera paulatina.
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El humor es clave por tal motivo, BK reparte coronas gigantes
Burger King ha buscado a través del humor estimular y, de alguna forma, asegurar, que los consumidores sigan las reglas implementadas en los distintos países donde están reabriendo sus puertas para ofrecer sus productos, aunque en su mayoría es través de los servicios de delivery y el Autoking.
En el caso de Alemania, BK reparte coronas gigantes para la sana distancia, más parecidas a los sombreros charros que a su emblemática diadema de cartón que suelen ofrecer en sus restaurantes.
De alguna manera BK busca ofrece una alternativa graciosa para que sus clientes estén completamente conscientes que necesitan mantener una distancia segura entre ellos pero, al mismo tiempo, pueden compartir la experiencia de disfrutar de sus cocidas hamburguesas.
“Queríamos reforzar las reglas de altos estándares de seguridad e higiene que siguen los restaurantes Burger King. (…) La corona de la distancia social de bricolaje fue una forma divertida y lúdica de recordar a nuestros huéspedes que practiquen el distanciamiento social mientras disfrutan de la comida en los restaurantes”, dijo un vocero de Burger King citado por Business Insider.
Crear publicidad que nos ayude a mantener la distancia social es clave
Esta marca busca ser consecuente y constante con las acciones emprendidas en otros países, en Italia, por ejemplo, lanzaron la “Social Distancing Whopper”, que ofrece tres veces la cantidad de cebolla cruda que generalmente se encuentran en su emblemática hamburguesa, esto, para garantizar un mal aliento y, por obvias razones, mantener más alejados a los amigos o seres queridos.
Francia es otro ejemplo de esto, donde pusieron bilboards en las fachadas de sus restaurantes con el mensaje ‘Rappel des barrières: Toujours garder 1M de distance avec son voisin’ (Recordatorio de seguridad: mantener siempre un metro de distancia con tus vecinos), mismo que fue reforzado en redes sociales con el copy: Surtout s’il a le nez rouge (Especialmente si tiene la nariz roja).
En ambos casos, la idea es jugar con el humor para estimular que las personas acepten y respeten las recomendaciones de las autoridades. De esa forma, se generará una mejor experiencia tanto para el prestador del servicio, como de los clientes.
El reto de los restaurantes frente a la nueva normalidad
A lo largo de esta semana hemos hablado en varias ocasiones de cómo las marcas que participan en el sector restaurantero como Starbucks, Subway, KFC y McDonald’s están ejecutando planes de acción y comunicación para volver a conectar con sus consumidores y estimularlos a regresar a sus establecimiento garantizando un entorno seguro.
Cada marca tiene su estilo, por ejemplo, KFC también juega con el humor -aunque con un toque distinto-. En Reino Unido, la cadena del Coronel Sanders recientemente lazó una campaña para celebrar que ‘está de vuelta’ utilizando los mensajes compartidos por sus seguidores en Twitter que intentaron replicar sus platillos para producir un divertido anuncio.
Un estilo distinto es McDonald’s que comienza a reabrir sus restaurantes en diversos países (hoy provocó largas filas en Reino Unido, por ejemplo). También, en Alemania, la marca de los arcos dorados lanzó una campaña y un spot llamado “Stay Happy Day”, para emitir un emotivo mensaje y comunicarle a los consumidores que reabrirá la próxima semana.
Por Ivan Nava para la revista Merca2.0