CIUDAD DE MÉXICO.- Las ventas de dulces artesanales de Ariana han disminuido alrededor de 84 por ciento, ella se lo adjudica a que «la gente está más enfocada en comer que en poner una ofrenda».
Como cada año, Ariana y su familia, quienes producen dulces artesanales, empiezan con la elaboración de calaverita de dulce, chocolate y amaranto para seguir con la tradición mexicana de recibir a la muerte el 1 y 2 de noviembre.
El tiempo de preparación puede durar hasta nueve horas en el caso de los de chocolate. Sin embargo, vale la pena pues sus productos son elegidos por comerciantes de mercados como Escuadrón 201, en Iztapalapa, y Villa Coapa, en Tlalpan, quienes acuden hasta San Lorenzo Atemoaya, en Xochimilco, para adquirir sus dulces y venderlos entre 10 y 50 pesos, dependiendo del tamaño de la calaverita.
Ariana señala que esta temporada fue distinta ya que con la pandemia han bajado mucho las ventas. “La gente está más enfocada en comer que en poner una ofrenda; anteriormente vendíamos de dos a tres mil pesos por día, hoy estamos vendiendo 200 o 500”, un equivalente a 84% menos.
Los comerciantes también justifican las pocas ventas.
Beatriz García, locataria del mercado Escuadrón 201 tiene miedo de un nuevo cierre de actividades debido a un rebrote de covid-19.
Todos mis dulces son artesanales, los traemos de Xochimilco. Este año compramos menos de la mitad de lo que acostumbramos, no nos queremos arriesgar a que nos cierren por la pandemia, por eso compramos poco, también para no fallarles a nuestros clientes”.
Artículo por el portal Dinero en Imagen