Estas son las razones por las que doña Ángela, de ‘De mi rancho a tu cocina’, fue reconocida por Forbes como una de las 100 mujeres más poderosas de México.

“Hola, mi gente, bienvenidos a mi rancho”.

Si ya conoces este saludo es porque has visto uno de los mejores contenidos que YouTube nos ofrece: De mi rancho a tu cocina, el canal de una de las mejores cocineras de México y ahora también nombrada por Forbes como una de las 100 mujeres más poderosas del país, doña Ángela.

Este 2020, como cada año, Forbes reconoció a las que considera las 100 mujeres más poderosas de México. En este listado hay mujeres líderes en diferentes ámbitos de la política, la economía, la vida social y cultural. Está, por ejemplo, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, la actriz y activista Yalitza Aparicio, la mejor chef del mundo: Daniela Soto-Innes, Karime López, la primera mexicana en obtener Estrella Michelin, y la cocinera tradicional doña Ángela, de De mi rancho a tu cocina, cuya popularidad subió como espuma durante el último año.

“Promotora de la comida rural tradicional mexicana”, así la presenta Forbes, pues sus recetas “promueven la cocina rural con ingredientes del campo, y han sido objeto de cobertura e interés de medios internacionales”. Este reconocimiento es al valor de su canal, que va más allá del entretenimiento o de una simple clase de cocina. Lo que hace doña Ángela es resguardar recetas tradicionales mexicanas, en especial las purépechas, de la mejor manera: compartiéndolas con el mundo para que sean cocinadas, replicadas y difundidas por muchas personas en diferentes partes.


Doña Ángela, la cocinera más querida de Internet


Doña Ángela tiene 69 años, vive en el municipio de Ario de Rosales, en Michoacán y su casa es un rancho precioso donde cultiva los vegetales y cría a los animales que llegan a su mesa donde ella, sus hijas y “su viejo” comen diario.
El 19 de agosto de 2019 abrió su canal y subió su primer video a YouTube, la receta de huitlacoche (que allá llaman tecolote) guisado con jitomate, cebolla y chile, en tacos con frijoles de la olla y tortillas hechas a mano. Un mes más tarde ya tenía 800 mil suscriptores y 12 millones de vistas con solo 13 videos.


La razón de su popularidad está en la honestidad y la calidad de su contenido. Doña Ángela nos ha compartido un poco de su casa, de su rancho y de su invaluable sabiduría culinaria, una receta a la vez. Algunas de las recetas que comparte son las típicas conocidas mexicanas: bistec con nopales enchiladas, enfrijoladas;

pero también nos ha enseñado a hacer recetas tradicionales purépechas, como el mole de rancho, las corundas, los uchepos, las carnitas, la capirotada, los torresnos de chayote, el aporreadillo, la barbacoa de pollo, las patitas de puerco en vinagre… pura cosa “sabrosa, como a ella le gusta”.

Es fácil transportarse hasta su rancho, con ella, a través de sus videos. Los sonidos de la lluvia, de la leña ardiendo, la carne friéndose, las tortillas cociéndose… nos hacen imaginar a qué sabe lo que ella cocina de la manera tradicional: en cocina de leña, con metate, mocajete, palas de madera y trastos de barro.

Es entrañable. Para nosotras es espectacular, para ella es el día a día, para el mundo es algo valioso por su contexto histórico, social y cultural. De hecho, la cocina michoacana como la de doña Ángela fue la que logró que la cocina mexicana fuera reconocida como Patrimonio de la Humanidad.

Además, ella es cálida y cariñosa: explica con claridad, paciencia y amor cada cosa que prepara. “Ya soy tía de todos y abuelita de todos”, dijo cuando compartió los botones plata y dorado que le dio YouTube cuando rebasó los 100 mil y el millón de suscripciones en su canal. “De verdad, mi gente, estoy tan emocionada que quiero llorar; gracias a ustedes estoy aquí, los quiero mucho y que Dios me los bendiga”.

Ahora tiene 85 videos –varios de ellos con subtítulos en inglés, cortesía de algunos de sus seguidores–, más de 2.75 millones de suscriptores y su video más popular, el mole de rancho, tiene más de 6.4 millones de reproducciones.

Artículo por la revista Chilango

Ver más notas

Deja una respuesta